miércoles, 29 de octubre de 2014

¿SUEÑOS O DELIRIOS DE GRANDEZA?

En nuestros días se habla mucho desde el púlpito acerca de soñar en grande, trazarse grandes metas, pensar y confesar en grande, etc. De acuerdo con este criterio los pastores deben soñar con enormes congregaciones y templos inmensos, los "adoradores" soñar con estadios repletos de gente, canales de televisión, radio, premios grammy, etc. Todo lo espectacular, lo grandioso, pomposo, grandilocuente, debe ser para Jesús -es lo que dicen. Pero a la luz del salmo 131 debemos preguntarnos si ese sueño que perseguimos
o esa visión que nos impulsa no serán mas bien delirios de grandeza, que podrían estar robándonos la felicidad del presente por estar pensando continuamente en un futuro idealizado que tal vez no llegue nunca.
No en la forma como lo estamos soñando.
Salmos 131 es atribuido a David y forma parte de los "cánticos graduales", conocidos también como "cantos de ascenso", "cantos de subida" o "cantos de peregrinaje" los cuales eran entonados por los peregrinos cuando subían a Jerusalén para las fiestas anuales de la Pascua, Pentecostés y de los Tabernáculos (Deuteronomio 16:16).
Según Spurgeon, es uno de los salmos más cortos, pero uno de los que se tarda más en aprender. Habla de un niño, pero contiene la experiencia de un hombre en Cristo. 

¡Oh Yahvé!, mi mente no está ensoberbecida,
no son altivos mis ojos.
No aspiro a grandezas
que sobrepasenª mi capacidad.
2 Más bien he calmado y aquietado mi corazón.
Como niño saciado en el regazo de su madre,
3 ¡Israel, espera en Yahvé
desde ahora y para siempre! 
                       a Literalmente «que sean demasiado maravillosas para mi»

NO MENTE ENSOBERBECIDA
El salmista empieza hablando de su mente ("corazón" en Reina-Valera) porque es el centro de nuestra naturaleza. Lo que está allí afecta todo nuestro ser. Si hay orgullo, soberbia o vanidad; lo contamina todo. La Biblia dice "sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón" (Proverbios 4:23).
NO OJOS ALTIVOS
El orgullo anidado en el corazón se refleja a través de los ojos. Son "el espejo del alma". Una de las seis cosas que Jehová aborrece es precisamente los ojos altivos (Proverbios 6:16s). Antes del quebrantamiento (humillación, vergüenza) es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu (Proverbios 16:18).
NO EN POS DE GRANDEZAS
David nunca quiso usurpar el poder del rey Saúl ni atacarlo. En cambio Saúl quiso usurpar el sacerdocio. La Biblia da cuenta del destino final de uno y del otro. Tampoco ambicionaba David riquezas ni poder.
Algunos se trazan metas muy difíciles de alcanzar porque están fuera de sus posibilidades y entonces viene la frustración y el agotamiento espiritual, bien sea que se trate de emprender un negocio, un proyecto musical, fundar una iglesia o construir un templo.
Es preferible ir trazando metas cortas, que se puedan medir. La acumulación de metas cortas logradas nos arrima a la gran meta.
¡SI HAY SUEÑOS POSIBLES, COMO NO!
La diferencia entre quienes fracasaron en construir una ciudad y una torre cuya cúspide llegara al cielo y el éxito de Noé en construir una casa flotante donde se salvaron él y su familia, consistió en que mientras los de Babel soñaron y construían con orgullo y soberbia, sin tomar en cuenta la voluntad de Dios; Noé en cambio inició el proyecto que Dios le había encargado movido por temor reverente (Hebreos 11:7).
El mismísimo apóstol Pablo confesó que cuando él llegó a Corinto para anunciar el testimonio de Dios se presentó débil, tímido y tembloroso (1 Corintios 2:3), mas su éxito en fundar una congregación en aquella metrópoli radicó en haber confiado su labor al Espíritu Santo y no en sus propias palabras o discursos persuasivos.
COMO UN NIÑO EN SU REGAZO
Dichoso el hombre que puede penetrar en los profundos misterios de la doctrina y entregarse a múltiples y variadas actividades sin perder el fervor que nace de una fe sencilla y de un sincero afecto... penetrar en los arcanos divinos y continuar siendo un cristiano sencillo (Vance Havner, 1958).
CALMADO Y CALLADO
En este salmo el orante no ruega con el apasionamiento de otros salmos. Aquí guarda silencio ante Jehová, y espera en Él. Tu voluntad, Señor, no la mía. El que aprende a esperar en Él no actúa como un niño malcriado, haciéndose incapaz de ser usado por Dios en su plenitud.
NO ES QUE QUERRAMOS METER A DIOS EN UNA CAJA DE FÓSFOROS
Nuestro Dios es grande y todopoderoso. El puede llevarnos a cumbres muy elevadas. Pero si Él lo hace, también hará nuestros pies como de ciervas para que andemos firmes en las alturas.
Lamentablemente hay muchos que resbalarán en la cumbre de los sueños de su propia imaginación. En cambio los sueños que vienen de Dios son como la rama fructífera de José en Egipto, y traen fortaleza y quietud, como ocurrió con otro José tan soñador como aquél (el esposo de María), a quien un ángel le habló en sueños.
EL EJEMPLO SOSEGADO
El salmo concluye con un llamado a Israel a esperar en su Dios.  La actitud de cada uno de los miembros del cuerpo se halla siempre integrada en la existencia de la comunidad de fe, la Ekklesia.
Muy adentro de nuestros corazones, ¿cuál es el motivo de nuestra conducta? ¿El reconocimiento de la gente o hacer la voluntad del Padre y contribuir con ello al fortalecimiento de la Ekklesia?
No lo olvide: "si ganas alguna fama llévala a la cima del calvario... a Dios sea la gloria".

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