ACERCA DE
TRAZANDO LA VERDAD
Con mucho entusiasmo quiero ofrecer a través de este blog mi modesta contribución a la difusión de las Sagradas Escrituras.
En controversia con los religiosos de su tiempo, Jesucristo les reprochó su dureza de corazón con las siguientes palabras: "Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios" (Mateo 22:29).
En la que se conoce como su "entrada triunfal" hacía el final de su ministerio, el Señor lloró sobre Jerusalén lamentándose por el juicio que vendría sobre la ciudad a causa de la ceguedad espiritual del pueblo judío que no les permitió conocer el tiempo de su visitación (Lucas 19:44).
Lo más triste y sorprendente es que el pueblo elegido conocía las Escrituras, como bien escribiera el apóstol Pablo años después: "En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios" (Romanos 3:2 LBLA). Es por ello que el mismo Jesús afirmó que "la salvación viene de los judíos" (Juan 4:22). Por esa misma razón confrontaba a los judíos de su generación diciéndoles: "Escudriñáis las Escrituras, pues os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y no queréis venir a mí para tener vida!" (Juan 5:39-40 Biblia Textual).
Nuevamente será el apóstol Pablo quien más adelante nos explica el por qué de tan asombrosa contradicción: "Pero el entendimiento de ellos [el pueblo judío] se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto...el velo está puesto sobre el corazón de ellos." (II Corintios 3:14-15).
De allí la importancia que tiene para los creyentes en la actualidad el hábito de conocer, leer y estudiar la Biblia, tomando en cuenta que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (II Timoteo 3:16) y hacemos bien en prestarle atención "como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro" (II Pedro 1:19). Como dijo el salmista: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105).
Conocer, leer y escudriñar la Biblia: único antídoto disponible y efectivo que puede preservar la salud espiritual del creyente en estos tiempos de confusión religiosa. No hay otro.
La Biblia en la actualidad sigue siendo el libro más difundido en el mundo entero y en cualquier idioma. Es editada en cualquier formato imaginable incluso electrónico y tenemos biblias para todos los gustos: ediciones de lujo, ediciones juveniles, infantiles y de bolsillo; para pastores, para la mujer, biblias para hombres; con comentarios incluidos; con textos resaltados en colores, con tapas duras, de vinyl o semicuero, etc. A pesar de ello, buena parte de los creyentes desconoce el tesoro inapreciable, imperecedero y preciocísimo contenido en sus páginas. Como si la Biblia fuese solamente el libro de llevar a la iglesia cada domingo.
Afortunadamente, para una inmensa cantidad de creyentes la Biblia sigue siendo ese alimento espiritual nutritivo y deleitoso que mientras más comemos, más nos sigue gustando. Y es que no solamente deleita nuestras almas, pues como resultado de ese apego a las Escrituras en cuyas páginas Dios habla; también nos hace mejores cristianos y por consiguiente, mejores personas. Siempre que hagamos de la Biblia nuestra regla de fe y conducta.
De ese amor y esa pasión por las Escrituras nace este blog. Lejos estoy de ser un erudito o teólogo. Pero en palabras paulinas, "desde la niñez he aprendido" y ese deseo por aprender desde mi niñez ha rendido su fruto y me muestra cada día lo mucho que tengo por aprender todavía. Pero de lo que por gracia he recibido, de gracia quiero dar, tomando en cuenta que en parte conocemos y en parte profetizamos.
En controversia con los religiosos de su tiempo, Jesucristo les reprochó su dureza de corazón con las siguientes palabras: "Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios" (Mateo 22:29).
En la que se conoce como su "entrada triunfal" hacía el final de su ministerio, el Señor lloró sobre Jerusalén lamentándose por el juicio que vendría sobre la ciudad a causa de la ceguedad espiritual del pueblo judío que no les permitió conocer el tiempo de su visitación (Lucas 19:44).
Lo más triste y sorprendente es que el pueblo elegido conocía las Escrituras, como bien escribiera el apóstol Pablo años después: "En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios" (Romanos 3:2 LBLA). Es por ello que el mismo Jesús afirmó que "la salvación viene de los judíos" (Juan 4:22). Por esa misma razón confrontaba a los judíos de su generación diciéndoles: "Escudriñáis las Escrituras, pues os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y no queréis venir a mí para tener vida!" (Juan 5:39-40 Biblia Textual).
Nuevamente será el apóstol Pablo quien más adelante nos explica el por qué de tan asombrosa contradicción: "Pero el entendimiento de ellos [el pueblo judío] se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto...el velo está puesto sobre el corazón de ellos." (II Corintios 3:14-15).
De allí la importancia que tiene para los creyentes en la actualidad el hábito de conocer, leer y estudiar la Biblia, tomando en cuenta que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (II Timoteo 3:16) y hacemos bien en prestarle atención "como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro" (II Pedro 1:19). Como dijo el salmista: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105).
Conocer, leer y escudriñar la Biblia: único antídoto disponible y efectivo que puede preservar la salud espiritual del creyente en estos tiempos de confusión religiosa. No hay otro.
La Biblia en la actualidad sigue siendo el libro más difundido en el mundo entero y en cualquier idioma. Es editada en cualquier formato imaginable incluso electrónico y tenemos biblias para todos los gustos: ediciones de lujo, ediciones juveniles, infantiles y de bolsillo; para pastores, para la mujer, biblias para hombres; con comentarios incluidos; con textos resaltados en colores, con tapas duras, de vinyl o semicuero, etc. A pesar de ello, buena parte de los creyentes desconoce el tesoro inapreciable, imperecedero y preciocísimo contenido en sus páginas. Como si la Biblia fuese solamente el libro de llevar a la iglesia cada domingo.
Afortunadamente, para una inmensa cantidad de creyentes la Biblia sigue siendo ese alimento espiritual nutritivo y deleitoso que mientras más comemos, más nos sigue gustando. Y es que no solamente deleita nuestras almas, pues como resultado de ese apego a las Escrituras en cuyas páginas Dios habla; también nos hace mejores cristianos y por consiguiente, mejores personas. Siempre que hagamos de la Biblia nuestra regla de fe y conducta.
De ese amor y esa pasión por las Escrituras nace este blog. Lejos estoy de ser un erudito o teólogo. Pero en palabras paulinas, "desde la niñez he aprendido" y ese deseo por aprender desde mi niñez ha rendido su fruto y me muestra cada día lo mucho que tengo por aprender todavía. Pero de lo que por gracia he recibido, de gracia quiero dar, tomando en cuenta que en parte conocemos y en parte profetizamos.
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