miércoles, 22 de octubre de 2014

TU PERDÓN ME HACE BRINCAR DE ALEGRÍA

El salmo 32 es un salmo de alegría. Comienza diciendo "Bienaventurado (feliz)..." y concluye con "Alegraos en Jehová y gozaos..." Nos recuerda la felicidad plena del hijo pródigo cuando de regreso a su casa es recibido con besos y abrazos y no como la oveja negra de la familia.
Se dice que san Agustín amaba este salmo. Él, que había vivido una vida licenciosa antes de su conversión; al igual que David, había descubierto la grandeza del perdón de Dios y
desde entonces vivió disfrutando de esa bendición.
Yo, que conocí al Señor en plena adolescencia, muchas veces fui ambivalente pues "en el camino en que andaba me tendieron lazos" y mi fe tambaleó, me llené de dudas y resentimientos, me rebelé contra Dios. En algún trayecto del camino dije no más. Pero él nunca me abandonó. ¿Y saben una cosa? Me veo retratado en este salmo.
Para captar la grandeza del perdón divino debemos prestar atención a los términos que emplea el salmista para referirse al pecado: "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño... Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado (cursivas añadidas)." 
  • Transgresión: es lo mismo que rebelión, desobediencia voluntaria. Darle la espalda a Dios. Actuar a contrapelo de la voluntad de Dios con pleno conocimiento.
  • Pecado: literalmente significa extraviarse, errar al blanco, no llegar a la meta. Se expresa en actos externos e incluye malos pensamientos, palabras y acciones.
  • Iniquidad: Torcedura o perversión. Corrupción moral, fornicación espiritual. Tiene que ver con la corrupción interior de la persona. Una habilidad innata de pervertir lo bueno y convertirlo en malo. Ejemplo: La persona que practica ciertas disciplinas espirituales sólo para ser vista. Otro ejemplo: justificar con las Escrituras el pecado cometido. Otro: seducir o manipular haciendo uso (abuso) de dones o recursos espirituales.
  • Engaño: Proyección de cosas falsas: falsas promesas, falsedad, hipocresía (máscaras, simulación), engañarse a sí mismo (Jeremías 17:9; 1 Juan 1:8).
  • Maldad: Inclinación al mal, naturaleza pecaminosa heredada desde Adán. Está pronta a manifestarse en cualquiera de nosotros ante la menor oportunidad.
LO QUE HACE LA CONFESION
¡Qué triste es nuestra condición a causa del pecado! Definitivamente el pecado nos excluye de la presencia del Señor. Pero veamos el cambio que obra en el penitente: Mi... mis... y luego tú. Él salmista arrepentido primero reconoce; mi pecado, mi iniquidad, mis trasgresiones (v. 3) y luego confiesa y declara perdonaste (v. 5).
Mediante la confesión: 1. El pecado es declarado  2. La iniquidad es descubierta  y las trasgresiones son confesadas (versículo 5). Al venir con un corazón quebrantado delante del Padre debo confesar puntualmente el pecado en que incurrí, luego, confesar mi naturaleza corrompida que procura su propia satisfacción (mi iniquidad, no las circunstancias ni la vecina) y finalmente confesar mi naturaleza pecaminosa que heredé de Adán y me conduce a rebelarme contra lo establecido por Dios.

LUEGO DE LA CONFESION
La transgresión es perdonada (v. 1). Resultado: Sin culpa (v. 2).
El pecado es cubierto (ya Dios no lo ve, v. 1). Resultado: Sin engaño (v. 2)
La maldad es perdonada (v. 5).

EL PECADO SIN CONFESAR
El Espíritu Santo nos enseña que descubrir el pecado libra del cautiverio (Lamentaciones 2:14). El pecado sin confesar produce: 1. Envejecimiento físico y espiritual.  2. Enfermedad. 3. Aflicción, dolor, sufrimiento. 3. Pérdida del gozo espiritual. 4. Dios como problema (no se lo ve como Padre sino como enemigo).  5. Sequía, falta de vitalidad.
Antes de confesar su pecado: "Su vigor juvenil de primavera se fue convirtiendo en sequedad de estío al consumirse por la fiebre" (v. 4).

LA INMEDIATEZ DEL PERDÓN
Como el pecado afecta todo el ser (espíritu, alma y cuerpo), la restauración (rehabilitación) del pecador debe ser igualmente integral: tanto física, como espiritual. ¡Qué inmediato perdona nuestro Padre al pecador arrepentido! Una traducción del versículo 5 dice así: "Tan pronto como confesé, tú me perdonaste y hallé la paz". La oración de confesión produce perdón instantáneo. No amerita de exorcismos, ritos o ceremonias. Con razón concluye este salmo exclamando "Alegraos en Jehová y gozaos, justos..." se dice que una traducción más exacta sería "alegraos: giren, dancen". Resulta que el perdón divino es como para remolinear de contento. Brincar de alegría. El perdón nos libera.

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