La Biblia dice que cada creyente es parte de la Iglesia de Jesucristo y nuestro Dios le dio una función a cada una de las partes. "En primer lugar puso apóstoles, en segundo lugar puso profetas, y en tercer lugar, puso maestros" (1 Corintios 12:28 Traducción Lenguaje Actual).
Así mismo dice la Biblia que la Iglesia es la novia del Cordero (Jesucristo), y Él la ha equipado "con los dones que ella necesitaba para cumplir la tarea que se le había dejado" (Barclay). Estos dones son creyentes debidamente dotados, equipados, capacitados para ejercer funciones específicas: "Y él les dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros" (Efesios 4:11, LBLA).
En algún momento los cristianos evangélicos fueron llamados "la gente del libro". Ocurre que cualquier miembro de la congregación que haya sido enseñado en doctrinas básicas de las Escrituras puede enseñar una lección o dictar una charla sobre temas bíblicos. Pero solamente pastores y maestros dados por Dios están capacitados para dar identidad a la iglesia local, es decir; "formar (hacer nacer) a Cristo en la vida de los creyentes" (Gálatas 4:19).
Como un pastor que alimenta a su rebaño, los maestros nutren y equipan a la Iglesia. En unión con los demás dones u oficios ministeriales: i. Capacitan a los miembros... ii. Para que cada uno cumpla su actividad... iii. Para fortalecimiento de la iglesia local... iv. Hasta la unidad y el conocimiento pleno... (leer Efesios 4:11-16).
Dicho de otro modo; será a través de maestros fieles que Cristo prepare para sí mismo una iglesia gloriosa, santa, perfecta, mediante el lavamiento con la Palabra (Efesios 5:26, 27). Leemos que el apóstol Pablo escribe a la iglesia en Corinto: "Os desposé con un solo marido, para presentaros como una virgen pura para Cristo" (2 Corintios 11:2, Biblia Textual). La sana enseñanza es el enlace generacional para la preservación de la fe y práctica cristianas (2 Timoteo 2:2).
Pastores y maestros: Seamos fieles en "preparar a la novia" porque la mesa ya está dispuesta y se han hecho circular invitaciones, pues el Padre del Novio ha fijado la fecha (Apocalipsis 19:7-9). El Espíritu Santo como "el amigo del novio" se ocupa a través de pastores y maestros de que la novia mantenga su pureza virginal (fe y práctica cristianas) hasta el día de su boda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario