Si queremos impactar a nuestra nación con el poder transformador del evangelio, nuestra estrategia de evangelismo y discipulado tendrá que darle prioridad a la población entre 5 y 24 años de edad, especialmente los niños y adolescentes.
Afirmaba en reflexión anterior que la misión de la iglesia es de
alcance mundial, pues se trata de "hacer discípulos en todas las
naciones". Decía también que la sana enseñanza es el enlace generacional para la preservación de la fe y práctica cristianas (2 Timoteo 2:2).
La iglesia evangélica en los años 60 del siglo pasado soñaba y cantaba Venezuela será para Cristo. De unos años para acá se ha venido proclamando Jesucristo, Señor de Venezuela.
Pero una nación no se conquista en una sola generación, el esfuerzo que
hagamos hoy se perdería si no ganamos a los de más tierna edad,
empezando por nuestros hijos.
Tanta o mayor responsabilidad tiene quien enseña la palabra de Dios a
los niños como el maestro de adultos. Ambos deben asumir su tarea con
mucha seriedad y dedicación. El líder o maestro de niños está llamado a
ser evangelista. Su objetivo no es cantar ni entretener a los niños con
historias de la Biblia. Su visión debe ser lograr la conversión de cada uno de sus alumnos.
Así lo entendió D.L.Moody en la segunda mitad del siglo XIX antes de
llegar a ser el famoso evangelista que llegó a ser. Él empezó reuniendo
grupos de niños de la calle a los que evangelizaba y enseñaba la Biblia.
También
el hermano Juan Romero, misionero y cantante, cuenta una historia
parecida. Este compositor e intérprete de melodías como "Visión
Pastoral", mejor conocida como "Eran cien ovejas" tan popular en los
años 70, convertido a los 7 años, empezó a los 14 enseñando en la
escuela dominical a jóvenes de su misma edad. Con el tiempo se
convertiría en la leyenda que llegó a ser, predicando y formando maestros de
la Palabra alrededor del mundo.
Dice la Biblia: "Reunid a los
pequeños y a los niños de pecho" (Joel 2:16). "Porque para vosotros es
la promesa, y para vuestros hijos" (Hechos 2:39). "Del Señor se hablará a
las generaciones futuras" (Salmo 22:30b NVI).

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