
-Mi primera gran controversia con mi mujer (al menos la primera que yo recuerdo) tuvo que ver con una rueda de piña.
Vivía la entonces joven pareja en su particular Edén procurando cada uno moldear su vida a la nueva vida en común, aportando cada cual de su bagaje individual para contribuir en la felicidad de ambos.
Un día le apeteció a la hermosa y feliz dulcinea comer una rueda de piña y de