Nos pusimos a trabajar. Disponíamos de cartulina, lápices, creyones y mucho entusiasmo. Cada uno tenía el reto de elaborar la tarjeta más hermosa de todas para obsequiar a mamá. Y cada uno podía dibujar lo que más le gustase. Eso me emocionaba. A mi corta edad empezaba a manifestar cierta destreza para dibujar y... ¡qué mejor ocasión para demostrarlo!.
Inmerso estaba en mi tarea cuando entonces me percato de que una de mis hermanas más grandes que yo tenía rato contemplando mi dibujo (eso fue lo que me pareció). Me quedé mirándole a la cara con bastante curiosidad y ella esbozó una sonrisa.
Yo me había propuesto hacer el dibujo más bonito para agradar a mi mami y ¡guau! muy dentro de mi creía que lo estaba logrando. Frente a mí tenía toda una obra de arte a punto de terminar: un hermoso caballo con montura y todo.
Tal era la influencia de la TV. ¡Caramba! ¿Cómo olvidar aquellas series y películas de vaqueros? Mis favoritos: Bronco, ese era el propio, pero tambien estaba Daniel Boone "el pionero" y el increíble Zorro. Después vendría, estando ya grandecito, Lancer, las aventuras de Jim West y otros.
De manera que todos mis héroes tenían algo en común: montaban a caballo. Ninguno volaba, ni lanzaba rayos. Iban sobre sus cabalgaduras y muchas veces a galope en su lucha por la justicia. Por eso mi mejor homenaje para mamá no podía ser otro que un hermoso caballo con montura y todo. Era lo que yo suponía hasta que llegó mi hermana y me hizo ver que mi caballo estaba muy bonito, pero por tratarse de nuestra madre tenía que dibujar algo más apropiado para ella. Por ejemplo, flores.
Desde entonces he aprendido que en la vida no solamente hay caballos y no todo el tiempo tenemos que andar a galope. Hay momentos en que los hombres debemos usar la fuerza, circunstancias donde se requiere actuar con ímpetu y valentía. Pero mucho más serán las ocasiones para la quietud y la actitud reflexiva así como para el trato amable y bondadoso. Incluso para la ternura. Para contemplar, dibujar y regalar flores.
Para mamá, para la mujer, para esa chica con que soñamos, estos detalles también son actos de heroísmo. Los hombres por lo general valoramos más el uso de la fuerza y olvidamos que en la famosa historia que contó Jesús acerca de el buen samaritano, el héroe fue aquél que se detuvo para socorrer a un moribundo a quien ni siquiera conocía. Un antiguo sabio enseñaba que no son los más valientes quienes ganan la guerra y es mejor la sabiduría que la fuerza. Enseñaba además que lo más importante es disfrutar de las cosas bonitas de la vida junto a la persona que amamos.
Citas bíblicas: Lucas 10:25-37; Eclesiastés 9:9, 11, 16.
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