viernes, 25 de abril de 2014

SI TODO ESTA A MI FAVOR, ¿QUE IMPIDE QUE YO...?

Una historia bastante emotiva de los primeros años de la Iglesia es la protagonizada por el diácono y evangelista Felipe y un alto funcionario del gobierno de Etiopía el cual era reconocido como temeroso de Dios, término con que se identifica a hombres no judíos que renunciando al paganismo se hacen devotos de las Escrituras y asisten regularmente a la sinagoga (Hechos 8:26-40).
Guiado por el Señor, Felipe tomó la ruta que va de Jerusalén a Gaza atravesando el desierto. Allí ve pasar el carro del funcionario etíope quién además es eunuco, es decir, un hombre castrado como suelen serlo los servidores de la reina de Etiopía.

"POR TU MAMACITA SANTA"

Hace algunos años escuché a un predicador el cual era bastante carismático y muy querido por los jóvenes de su iglesia. Esa noche estaba disertando sobre Romanos capítulo 12 versículo 1 donde dice el apóstol Pablo: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional".

En su exhortación a la juventud a consagrar sus vidas al Señor con base en el texto citado, este predicador quiso contextualizar el pasaje y dijo más o menos lo siguiente: